4 de marzo de 1870 José Martí recibió la pena de seis años de presidio político, Fermín Valdés Domínguez la de seis meses de arresto mayor y su hermano Eusebio fue deportado. En agosto de ese mismo año gracias a las súplicas de Doña Leonor se le conmutó la pena a José Martí, siendo enviado a La Cabaña, de donde, el 13 de octubre, pasó a Nueva Gerona, Isla de Pinos.
Por Cabús, José D. 1944. “Batista: Pensamiento y Acción: 1933-1944” Sección de Artes Gráficas del Centro Superior Tecnológico del Instituto Cívico Militar, en la ciudad Escolar, Ceiba del Agua. La Habana, Cuba. Páginas 410-411.
“En memorable discurso, pronunciado por el Presidente Batista, siendo Coronel Jefe del Ejército, el 21 de mayo de 1937, ante los alumnos de las Escuelas Cívico-Rurales, expresó su "inconformidad con la insignificancia de la estatua, que se levanta en el Parque Central, como símbolo de recuerdo al Apóstol de nuestras Libertades, José Martí". Estas palabras no cayeron en el vacío, y poco después se acordó por varias personalidades, con el apoyo decidido del Presidente Laredo, iniciar una campaña nacional de propaganda para la erección de un monumento grandioso a nuestro Apóstol José Martí. Los primeros fondos se obtuvieron, ya en marcha la idea, con el ofrecimiento de un día de haber por parte de los empleados públicos y de los miembros de las Fuerzas Armadas. Para todo lo concerniente al proyecto, se creó, por el Consejo de Secretarios, una Comisión Central Pro-Monumento a Martí, bajo la presidencia del Secretario de la Defensa. Discutido, en sucesivas reuniones, el tipo y emplazamiento del monumento, se acordó, con el parecer del Coronel Batista, situarlo en la llamada Loma de los Catalanes, sitio ideal que ya había sido señalado por el arquitecto Forestier en sus estudios de urbanización para una más grande Habana, en 1926. El 26 de enero de 1938 se aprobó el proyecto de bases para el monumento, y se convocó n un concurso, que se desenvolvió en cuatro etapas, la primera de las cuales se inició el 30 de diciembre de 1938, y la última, el 7 de octubre de 1943, en que se adjudicó el laudo definitivo, que fue favorable al escultor Juan J. Sicre y al arquitecto Aquiles Maza. El proyecto escogido será como el centro de un sistema de avenidas y plazas, rodeado de grandes edificios públicos, como la Biblioteca Nacional, diversos Ministerios, Museo, Escuela de Bellas Artes, y otros. El sistema de avenidas unirá al Vedado con el Cerro y Jesús del Monte, según proyecto de los arquitectos Labatur, Varela y Otero. El monumento seleccionado es de tipo "memorial". Con terrazas, escalinatas y jardines ocupa una superficie de 30,003 m2. Está rodeado de pórticos. Tiene en el frente ocho columnas de 1.8 metros de diámetro por 18 de alto, y 16 en los lados. Largo: 107 metros, por un ancho de 51. El intercolumnio es de 5.2 metros de luz. La altura total del edificio desde la planta baja es de 30.5 metros”...
Otros monumentos a José Martí en diferentes partes de Cuba:
Hemos encontrado la siguiente descripción del monumento-mausoleo de José Martí en el cementerio de Santa Ifigenia, Santiago de Cuba, en un suplemento martiano que data de 1953 y consideramos apropiado presentar:
“En el cementerio de Santa Ifigenia, en la ciudad de Santiago de Cuba, se encuentran sepultados para la eternidad los restos del cubano más grande que jamás viviera. Recientemente, y como homenaje de la Patria, sus restos fueron trasladados de la modesta cripta en que se hallaban colocados para la nueva tumba, que recogieron en sus mármoles todo el simbolismo de su vida y perpetuar su memoria. El autor de esta obra es el conocido escultor cubano Mario Santí. Desde que nos acercamos a la tumba de Martí, podemos comenzar a estudiar su hondo simbolismo patriótico, cubano, americano y martiano, pues el autor tuvo especial cuidado en recoger en su obra los detalles más importantes de la vida del Maestro, habiendo sido asesorado por el historiador, y colaborador nuestro en este Suplemento Martiano, doctor Emilio Roig de Leuchsenring. Un camino de baldosas de "mármol blanco sin pulir", como el que él pidió para visitar la tumba de los héroes, nos conduce hacia el monumento. A ambos lados, veintiocho monolitos nos señalan los lugares que visitó Martí a manera de viacrucis, desde su desembarco en Playitas hasta su muerte en Dos Ríos. Al otro lado de la tumba va un jardín de flores blancas. Cuando entramos en la cripta, vemos un polígono de veinte lados simbolizando las veinte repúblicas americanas, y, al fondo, como pedestal de la estatua, la representación de la República de Cuba. En el centro de este recinto se halla una estrella de cinco puntas, y en el centro de ella el túmulo que guarda la urna con los restos del Apóstol, cubierto siempre por un ramo de flores y una bandera cubana. Mirando hacia arriba, y a una altura de veintidós metros y medio, se ve el lucernario y la linterna que le da a la figura una luz semital. Al salir de la cripta subimos por una escalera dividida en dos secciones de seis peldaños, que simbolizan la división en provincias, antes y después de la República. Al terminar la escalera, nos encontramos con el deambulatorio, en cuyo centro hay un balcón circular central bordeado por una baranda de bronce y por un friso corrido de seis cuadros, simbolizando las seis etapas más salientes de la vida de Martí. En el deambulatorio, frente a la entrada, hay una tribuna para exponer las doctrinas del Maestro, con condiciones acústicas apropiadas para la oratoria. Sobre este deambulatorio se levanta el macizo del cuerpo principal sobre seis columnas de dos metros de diámetro formando un hexágono, que simboliza exteriormente las seis provincias. Como en la urna, de cada uno de los lados se introduce una estatua simbólica de las provincias, de seis metros y medio de alto; cada lado forma una cruz, símbolo eminentemente universal, y para darle vigencia a una de las sentencias profundas del Maestro: "En la cruz murió el hombre un día, pero hay que aprender a morir en la cruz todos los días".”
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